Oddo, Vicente ✝
Vicente Oddo ostentaba pergaminos de relevancia nacional. Médico, historiador, ensayista y poeta, fue una de las mentes literarias más brillantes de nuestro medio; publicó doce libros y detenta cuatro títulos de Académico y cinco de Miembro Titular de importantes instituciones nacionales e internacionales, además de haber recibido un sinnúmero de premios y galardones. El destacado profesional había nacido en la ciudad de Añatuya, donde cursó los estudios primarios. La secundaria la completó en la capital, y egresó como médico de la Universidad Nacional de Córdoba. Se radicó en esta ciudad y realizó toda su carrera médico-hospitalaria en el hospital Independencia. Allí hizo todos los grados de la carrera, desde médico interno hasta las máximas responsabilidades. Como médico e intelectual santiagueño logró numerosos galardones, de los que le costaba hablar. “Es un tema ríspido para mí. He sido un hombre común, un médico dedicado a mi especialidad y en los momentos, quizá alejado del estricto quehacer médico, me incliné hacia las humanidades médicas, la historia, la literatura, la ficción. En fin, a lo que estimaba podría ser alguna suerte de alejamiento del drama de la agresión cotidiana, del estrés producido por el ejercicio de una profesión particular y especialmente estresante”,
Como médico y ciudadano santiagueño mantuvo una obsesión sobre políticas públicas; desde hace muchos años sostenía y mantenía el concepto de que debe educarse para la salud al pueblo santiagueño. “Realmente es pavoroso -en el buen sentido de que ocasiona pavor- el grado de desconocimiento de situaciones esenciales para la preservación de la salud, sobre todo en zonas rurales. No me refiero a detalles concretos como puede ser el conocimiento de la propia anatomía, sino de funciones fisiológicas elementales, a normas y prácticas de preservación de la salud; de atesoramiento de la salud, que se descuidan por desconocimiento”, aseguró. Estaba convencido de que hubo un “gran descuido” en la atención de la salud provincial, y reflexionaba: “Nadie desea una sociedad de suicidas, pero mientras tanto descuidamos cuáles son los recursos para mantener a esa sociedad en las mejores condiciones de supervivencia vital”.
